Las alas son para Volar...!!!: Camboya, de Norte a Sur

La bienvenida a Camboya fue por todo lo alto: una rotura en una de las ruedas del bus apenas habiendo pasado 20 minutos del cruce la frontera con Laos. Por suerte en cuestión de menos de 15 minutos todo estuvo solucionado, y seguimos camino dentro de un país que nos sorprendió bastante sabiendo que se ha abierto al mundo no hace muchos años, tras haber sufrido demasiado tiempo de revueltas y violencia.

La primera ciudad que visitamos en Camboya fue Siem Riep. Allí habíamos quedado con Jessica, una chica francesa que conocimos en Nepal, hace ya 4 meses. La ciudad nos gustó mucho, alquilamos unas bicis y recorrimos bastante. Ésta ciudad tiene mucha fluencia turística porque tiene a 8 km los Templos de Angkor, declarados patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1992. Angkor es un conjunto de más de 250 km cuadrados de extensión, en medio de la selva, que contiene más de 1000 templos, palacios y otras edificaciones.

Los informadores turísticos recomiendan visitar los Templos a la salida del sol. Así que a las 5.30 a.m estábamos delante del Angkor Wat, uno de los más grandes templos del complejo y donde mejor se disfruta su imponente perfil. Nos dejó perplejos tanta inmensidad. Piedras con tanta historia a nuestros pies, y la naturaleza intentando devorar esa gran belleza.

De Siem Riep también nos llevamos otro gran recuerdo. Gracias a Jessica, que está haciendo un voluntariado en un orfanato, pudimos pasar unas horas con niños Camboyanos carentes de familia y amor pero que derrochan ternura y alegría a cada pasito que dan. Al marcharnos se nos partió el alma al ver que algunos de ellos lloraban al despedirnos.

También en esta ciudad conocimos a David y Marilia, una pareja de portugueses que andan viajando con su autocaravana (motorhome). Ya los habíamos visto aparcados en Laos, y aquí los volvimos a encontrar, tanto en Phnom Penh como en Sihanoukville, donde compartimos una inolvidable cena junto al mar.

La capital de Camboya (Phnom Penh) nos sorprendió gratamente. Realmente se parece más a un pueblo costero que a una capital. Tiene una linda costanera al lado del rio, donde los lugareños salen a pasear por las tardes, las mujeres con su pijama, atuendo de moda en el país. El transito es un imparable ir y venir de motocicletas, pero nunca se escucha un bocinazo.

También aquí alquilamos bicicleta, y pudimos conocer muchos más rincones de la ciudad compartiendo el ritmo de éste tráfico tan especial. Además nuestros días allí coincidieron con el 90 cumpleaños del Rey, y sus 20 años de reinado, por lo que se respiraba un ambiente festivo. Porque aquí al rey se lo valora mucho.

Dejamos atrás la capital y nos dirigimos al sur del país, en busca de mar. Llegamos a Sihanoukville de noche, nos recibió otro ambiente festivo… pero esta vez Halloween y un montón de turistas disfrazados.

A la mañana siguiente fuimos a hacer nuestro visado para Vietnam. Uno de los más caros de nuestro viaje (45 U$S) Después alquilamos una scooter y estuvimos haciendo un recorrido por las playas de la zona. Playas de arena blanca y aguas cristalinas, nada que envidiarle a las de Thailandia.

No nos deja de sorprender la cantidad de gente que está viajando, muchos que vienen desde Europa con sus motos, autocaravanas, 4x4 y/o camiones. Así que nunca nos sentimos solos en esto de ir cruzando fronteras…

Mañana salimos tempranito hacia Kep, otra ciudad costera dirección Vietnam.